Aunque parezca mentira, mucho antes de que empezara la Gran Depresión en el 1929, ya había un gran número de países tales como Alemania, Indonesia, Australia o Brasil que ya habían empezado a manifestar varios síntomas de recesión. Además, en la segunda mitad de los años veinte, muchos países del centro y del este de Europa y de Sudamérica se vieron endeudados por encima de sus posibilidades. No obstante, como veremos a continuación, estas dificultades reforzaron la depresión y dificultaron la salida de la misma, pero nunca la produjeron.
Para empezar, cabe destacar que los precios de los productos de exportación bajaban cada vez más, mientras que, crecía su endeudamiento en términos reales. La causa de esta bajada de precios se debe, en parte, al aumento de la capacidad de producción durante la guerra y al progreso técnico, lo que dificultaba, además, el intercambio entre productos agrarios e industriales. Cabe recalcar, no obstante, que la rapidez con la que cambiaron las condiciones fue un factor muy importante para la depresión mundial. Y es que, aunque Francia fue el primer país que restringuió su crédito exterior, no fue a partir de 1928, cuando se produjo una disminución drástica de crédito exterior de los EE.UU., que se empezó a expandir la alarma por todo el mundo. El resultado fue una disminución de la demanda por parte de los países deudores que provocó una disminución de las importaciones y un incremento de las exportaciones. Sin embargo, el efecto obtenido fue temporal. Otro aspecto a tener en cuenta fue la adhesión internacional y teórica a los mecanismos de ajuste del patrón oro en el que numerosos países incumplían las reglas de este mecanismo atesorando el oro para así evitar la inflación. Todo ello impuso una gran deflación a nivel internacional que acabó causando la conocida Gran Depresión.
La difusión de la depresión a escala mundial fue el resultado del peso de la economía norteamericana sobre la economía mundial. Y es que, cabe destacar que los EE.UU. representaban el 45% de la producción mundial y el 12,5% de las importaciones.
Sin embargo, podemos decir que los mecanismos principales que permitieron la transmisión rápida y global de esta gran depresión son: la caída del volumen de las exportaciones, el empeoramiento de los términos de intercambio, la desarticulación del mercado internacional de capitales y la caída mundial de precios.
Aunque parezca difícil de imaginar, económicamente todo lo que hacemos en el día a día acaba afectando a los demás de una forma u otra. Así, las compras que realicemos incrementan los ingresos de los vendedores, los cúales, optarán por producir más, lo que acabará provocando un aumento del PIB de un país. Sin embargo, si optamos por comprar cada vez menos, los vendedores verán sus ingresos disminuidos. Con lo cúal, se verán obligados a bajar precios, o bien, a reducir la producción, lo que acabará resultando una disminución del PIB de un país. E igual que a una familia, los países más unidos no pueden estar bien si uno lo está pasando mal. Con lo cúal, la economía de un país acaba afectando a la de otro país. Y este a otro, y así una y otra vez. Aunque afectará de manera distinta dependiendo de su peso a nivel global, los síntomas siempre se acaban notando en los demás países. Es por esta razón, y debido al sistema en el que nos encontramos, que las crisis se transmiten de forma mucho más rápida a los otros países.
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lunes, 4 de mayo de 2009
viernes, 1 de mayo de 2009
La crisis de los años treinta y sus orígenes
Una vez acabada la Primera Guerra Mundial, EE.UU. pasó a liderar de forma clara la economía mundial al mismo tiempo que experimentaba un rápido y fuerte crecimiento económico provocado por la aparición de nuevas mejoras en los procesos productivos que permitieron incrementar la producción y la demanda. La difusión de la electricidad y del automóvil hicieron posible, entre otras cosas, el crecimiento del sector de la construcción y de la mejora de la calidad de vida. De hecho, fue a partir de este momento, cuando la gente empezó a desplazarse de un lado a otro, urbanizando lugares que nunca antes se habían tenido en cuenta debido a su lejanía. La Bolsa también disfrutaba de un buen momento, puesto que se produjo un importante crecimiento de las cotizaciones que animó a mucha gente a gastar gran parte de sus ahorros en nuevas y rendibles inversiones. Fue el comienzo de los felices años 20. Sin embargo, a principios de septiembre de 1929, las cotizaciones bursátiles dejaron de subir y empezaron a caer más deprisa de lo que habían subido. Fue el desencadenante de la peor crisis del capitalismo, una recesión profunda que se extendió rápidamente a nivel mundial. Era tal la magnitud de esta crisis que, incluso al estallar la Segunda Guerra Mundial en 1939, el país no había recuperado ni el nivel de empleo ni el de producción industrial de 1929. La economía mundial había entrado en una profunda depresión.
Las bases de la depresión de EE.UU. responden a dos factores fundamentalmente: la caída de la inversión y la adopción de políticas económicas no adecuadas. Para empezar, la caída de la inversión fue debida a una desaceleración de la demanda de las nuevas innovaciones surgidas de la Segunda Revolución Tecnológica unida al aumento de la productividad generado principalmente por la electrificación de la producción. Por otra parte, cabe añadir el hecho de que los EE.UU. no supo liderar la economía mundial como lo hizo la Gran Bretaña antes de la guerra. Y es que, los Estados Unidos de América llevaron a cabo una serie de políticas que resultaron ser incorrectas, puesto que condujeron al país a un período de estrangulamiento económico que acabó afectando a todos los países del mundo. Además, la agricultura americana tenía grandes problemas estructurales. Entre otras cosas, los productores tuvieron que hacer frente a la caída del consumo interior y a la competencia internacional, lo que provocó una disminución importante de las exportaciones. La caída de los precios también fue un factor determinante. Por otra parte, la producción pronto empezó a crecer más deprisa que la capacidad de compra de la población, de modo que se produjo un exceso relativo de la capitalización agravado por la atonía de las exportaciones a Europa, donde los productos americanos resultaban ser demasiados caros. Los sectores más afectados fueron aquellos relacionados con los bienes de consumo duradero, cuya demanda era elástica. Ante estos sucesos, en lugar de disminuir precios y aumentar salarios, la mayoría de empresarios americanos paralizaron las inversiones para así evitar una sobreproducción relativa y desviar, de esta manera, los beneficios de las empresas hacia las finanzas a través de la concesión de créditos a corto plazo al exterior y la inversión en bolsa o en préstamos para la inversión bursátil.
Después de un período de crecimiento y bonanza, siempre acaba viniendo una etapa de depresión o recesión, a partir de la cúal, nacerá una nueva etapa de crecimiento. Como podemos observar, la economía va siguiendo un ciclo que, inevitablemente, se repite una y otra vez.
Aunque parezca mentira, las crisis resultan fundamentales para el desarrollo del hombre. Y es que, en todos los tiempos de crisis se pone de manifiesto lo que hay que cambiar de nuestra sociedad. Las crisis son herramientas vitales que nos permiten cambiar para bien. Es decir, las crisis nos permiten cambiar para así mejorar. Es por esta razón que, siempre, después de un período de recesión, llegamos a un período de bonanza y crecimiento. Y es que, el capitalismo, sabio como es él, al final, acaba poniendo las cosas en su sitio.
Las bases de la depresión de EE.UU. responden a dos factores fundamentalmente: la caída de la inversión y la adopción de políticas económicas no adecuadas. Para empezar, la caída de la inversión fue debida a una desaceleración de la demanda de las nuevas innovaciones surgidas de la Segunda Revolución Tecnológica unida al aumento de la productividad generado principalmente por la electrificación de la producción. Por otra parte, cabe añadir el hecho de que los EE.UU. no supo liderar la economía mundial como lo hizo la Gran Bretaña antes de la guerra. Y es que, los Estados Unidos de América llevaron a cabo una serie de políticas que resultaron ser incorrectas, puesto que condujeron al país a un período de estrangulamiento económico que acabó afectando a todos los países del mundo. Además, la agricultura americana tenía grandes problemas estructurales. Entre otras cosas, los productores tuvieron que hacer frente a la caída del consumo interior y a la competencia internacional, lo que provocó una disminución importante de las exportaciones. La caída de los precios también fue un factor determinante. Por otra parte, la producción pronto empezó a crecer más deprisa que la capacidad de compra de la población, de modo que se produjo un exceso relativo de la capitalización agravado por la atonía de las exportaciones a Europa, donde los productos americanos resultaban ser demasiados caros. Los sectores más afectados fueron aquellos relacionados con los bienes de consumo duradero, cuya demanda era elástica. Ante estos sucesos, en lugar de disminuir precios y aumentar salarios, la mayoría de empresarios americanos paralizaron las inversiones para así evitar una sobreproducción relativa y desviar, de esta manera, los beneficios de las empresas hacia las finanzas a través de la concesión de créditos a corto plazo al exterior y la inversión en bolsa o en préstamos para la inversión bursátil.
Después de un período de crecimiento y bonanza, siempre acaba viniendo una etapa de depresión o recesión, a partir de la cúal, nacerá una nueva etapa de crecimiento. Como podemos observar, la economía va siguiendo un ciclo que, inevitablemente, se repite una y otra vez.
Aunque parezca mentira, las crisis resultan fundamentales para el desarrollo del hombre. Y es que, en todos los tiempos de crisis se pone de manifiesto lo que hay que cambiar de nuestra sociedad. Las crisis son herramientas vitales que nos permiten cambiar para bien. Es decir, las crisis nos permiten cambiar para así mejorar. Es por esta razón que, siempre, después de un período de recesión, llegamos a un período de bonanza y crecimiento. Y es que, el capitalismo, sabio como es él, al final, acaba poniendo las cosas en su sitio.
martes, 28 de abril de 2009
La hiperinflación alemana
La hiperinflación alemana fue, sin duda, la más elevada y la que más consecuencias tuvo a nivel internacional. Éste extraño fenómeno cuya brutalidad acabó afectando a los países más poderosos del s.XX, ha dado lugar a numerosos debates y conflictos entre distintas escuelas que pretendían encontrar alguna explicación o teoría que permitiese determinar las causas de este terrible suceso. Así, en este debate se enfrentan dos escuelas que atribuyen como causa última el déficit presupuestario y el déficit de la balanza de pagos.
Según la escuela de la balanza de pagos, la hiperinflación se originó en el descenso de la cotización del marco en el mercado exterior de cambios, mientras que la escuela del déficit presupuestario defiende que la causa principal de este fenómeno se encuentra en la falta de voluntad y de consenso a la hora de equilibrar el presupuesto. El déficit presupuestario era cubierto mediante préstamos del banco central al gobierno en forma de emisión de billetes, lo que provocaba inflación interior y un descenso de la tasa de cambio del marco en el exterior. Sin embargo, las reparaciones de guerra juntamente con la fuga de capitales no consiguieron más que empeorar aún más la situación. Además, la depreciación de la moneda encarecía las importaciones e incrementaba los precios interiores. Se ponía, pues, de manifiesto que Alemania no podría hacer frenta al pago de las reparaciones. A ello hay que añadir la falta de entendimiento entre los distintos partidos políticos. No obstante, aunque la inflación fue, en un principio, beneficiosa, ya que no solo había permitido aumentar las exportaciones, sino también el empleo y la producción. Con lo cuál, todo ello permitió una rápida transformación de grandes fortunas. Sin embargo, a mediados de 1922, la inflación empezó a dispararse, lo que causó un descenso de la producción y un aumento de los stocks. Aunque Alemania tenía aún grandes deudas y, a pesar de que, la inflación empezaba a alcanzar límites insospechados, no fue sino la limitación de la emisión de rentenmarks, la que permitó estabilizar la situación. El despido del 25 % de los trabajadores que dependían del estado y la reducción de un 30% del salario del resto permitieron presentar en enero de 1924 unas cuentas con superávit. Y no solo eso, puesto que Alemania consiguió ser , incluso, uno de los primeros países que volvió al patrón oro.
Toda decisión tiene una consecuencia. Depreciar la moneda resulta beneficioso para un país, ya que provoca incrementos en las exportaciones. Sin embargo, también provoca inflación, lo cúal no es tan positivo para la economía de este país. Por el contrario, la apreciación de una moneda nos permite comprar más con menos dinero. Sin embargo, bajan las exportaciones, lo cúal provoca una disminución del PIB y de la capacidad de crecimiento de dicho país. Por lo tanto, como economistas que seremos, debemos de tener en cuenta cada una de las consecuencias de cada una de las decisiones que tomemos. Por que prevenir es mejor que curar.
Según la escuela de la balanza de pagos, la hiperinflación se originó en el descenso de la cotización del marco en el mercado exterior de cambios, mientras que la escuela del déficit presupuestario defiende que la causa principal de este fenómeno se encuentra en la falta de voluntad y de consenso a la hora de equilibrar el presupuesto. El déficit presupuestario era cubierto mediante préstamos del banco central al gobierno en forma de emisión de billetes, lo que provocaba inflación interior y un descenso de la tasa de cambio del marco en el exterior. Sin embargo, las reparaciones de guerra juntamente con la fuga de capitales no consiguieron más que empeorar aún más la situación. Además, la depreciación de la moneda encarecía las importaciones e incrementaba los precios interiores. Se ponía, pues, de manifiesto que Alemania no podría hacer frenta al pago de las reparaciones. A ello hay que añadir la falta de entendimiento entre los distintos partidos políticos. No obstante, aunque la inflación fue, en un principio, beneficiosa, ya que no solo había permitido aumentar las exportaciones, sino también el empleo y la producción. Con lo cuál, todo ello permitió una rápida transformación de grandes fortunas. Sin embargo, a mediados de 1922, la inflación empezó a dispararse, lo que causó un descenso de la producción y un aumento de los stocks. Aunque Alemania tenía aún grandes deudas y, a pesar de que, la inflación empezaba a alcanzar límites insospechados, no fue sino la limitación de la emisión de rentenmarks, la que permitó estabilizar la situación. El despido del 25 % de los trabajadores que dependían del estado y la reducción de un 30% del salario del resto permitieron presentar en enero de 1924 unas cuentas con superávit. Y no solo eso, puesto que Alemania consiguió ser , incluso, uno de los primeros países que volvió al patrón oro.
Toda decisión tiene una consecuencia. Depreciar la moneda resulta beneficioso para un país, ya que provoca incrementos en las exportaciones. Sin embargo, también provoca inflación, lo cúal no es tan positivo para la economía de este país. Por el contrario, la apreciación de una moneda nos permite comprar más con menos dinero. Sin embargo, bajan las exportaciones, lo cúal provoca una disminución del PIB y de la capacidad de crecimiento de dicho país. Por lo tanto, como economistas que seremos, debemos de tener en cuenta cada una de las consecuencias de cada una de las decisiones que tomemos. Por que prevenir es mejor que curar.
lunes, 27 de abril de 2009
La financiación de la Primera Guerra Mundial
La guerra se financió en todos los países mediante el aumento de impuestos, el endeudamiento del gobierno y la expoliación de los territorios ocupados. Los impuestos, empréstitos y la inversión extrangera fueron factores clave para poder llevar a cabo esta tarea. Sin embargo, de las tres maneras, la más importante fue, sin duda, el endeudamiento, el cúal se concentraba en la emisión de deuda pública interior así como también los préstamos exteriores y los avances del banco central a través de la emisión de billetes. El predominio de los empréstitos era tal que éste significaba el 80% de la financiación de la guerra. Como consecuencia de este fenómeno se produjo un gran endeudamiento por parte de estos países.
El valor nominal de los billetes en circulación se multiplicó por 5 en Francia y por 10 en Alemania y Gran Bretaña, lo que causó la suspensión de la convertibilidad de billetes en circulación y la posterior parálisis del patrón oro. De este modo, la moneda dejaba de ser real para así convertirse en moneda fiduciaria. A consecuencia, se produce inflación, la cúal durante el conflicto se pudo atenuar mediante el control de precios, pero que acabó desbocando una vez finalizada la guerra. Por otra parte, Francia, Gran Bretaña y Rusia financiaron la guerra con sus reservas de oro y los préstamos internacionales. Alemania recurrió al aumento de impuestos y al empréstito interior.
El coste de la guerra y la forma de financiarla provocaron que al llegar la paz, todos los países, a excepción de los Estados Unidos, tuvieran menos reservas de oro y más billetes en circulación. Como consecuencia de la inflación, la moneda se había despreciado. Por lo tanto, la deuda interaliada fue, sin duda, un factor importante de dificultades financieras. Como muchos de los países no disponían de reservas suficientes, la mayoría de importaciones las llevaban a cabo mediante créditos. Sin embargo, EE.UU suspendió los créditos a sus aliados y reclamó el pago de la deuda contraída. Al final, de toda la deuda interaliada, los EE.UU solo pudieron recuperar el 47% del total.
Como se puede observar, las guerras suponen un coste demasiado grande. Así pues, intentemos evitar de una vez por todas que se lleven a cabo más guerras. Y es que, de alguna forma, que un país esté en guerra nos afecta a todos.
El valor nominal de los billetes en circulación se multiplicó por 5 en Francia y por 10 en Alemania y Gran Bretaña, lo que causó la suspensión de la convertibilidad de billetes en circulación y la posterior parálisis del patrón oro. De este modo, la moneda dejaba de ser real para así convertirse en moneda fiduciaria. A consecuencia, se produce inflación, la cúal durante el conflicto se pudo atenuar mediante el control de precios, pero que acabó desbocando una vez finalizada la guerra. Por otra parte, Francia, Gran Bretaña y Rusia financiaron la guerra con sus reservas de oro y los préstamos internacionales. Alemania recurrió al aumento de impuestos y al empréstito interior.
El coste de la guerra y la forma de financiarla provocaron que al llegar la paz, todos los países, a excepción de los Estados Unidos, tuvieran menos reservas de oro y más billetes en circulación. Como consecuencia de la inflación, la moneda se había despreciado. Por lo tanto, la deuda interaliada fue, sin duda, un factor importante de dificultades financieras. Como muchos de los países no disponían de reservas suficientes, la mayoría de importaciones las llevaban a cabo mediante créditos. Sin embargo, EE.UU suspendió los créditos a sus aliados y reclamó el pago de la deuda contraída. Al final, de toda la deuda interaliada, los EE.UU solo pudieron recuperar el 47% del total.
Como se puede observar, las guerras suponen un coste demasiado grande. Así pues, intentemos evitar de una vez por todas que se lleven a cabo más guerras. Y es que, de alguna forma, que un país esté en guerra nos afecta a todos.
miércoles, 25 de marzo de 2009
El Decreto sobre la Tierra
El Decreto sobre la Tierra fue una de las primeras órdenes dictadas por el gobierno revolucionario con el objetivo de socializar la agricultura. Éste dictamen que consistía en hacer entregar todas las tierras y herramientas así como también el ganado de todos los campesinos a los comités agrarios, para que estos las repartieran entre todas aquellas personas interesadas en cultivar fue, sin duda, una de las principales causas de la abolición de la propiedad privada.
El Decreto sobre la Tierra abolia la propiedad privada a cambio de una propiedad colectiva. Ahora las tierras ya no eran propiedad de una sola persona, sino de todas a la vez. Todo es de todos. Ésto, a pesar de que benefició, en parte, a los campesinos, los cuáles, se convirtieron en pequeños propietarios de sus tierras, no hizo más que desatar un horrible periodo en el que cada vez había más pobreza entre la población. Los campesinos estaban obligados a conrear y a vender sus productos al precio que establecía el estado. Los precios de dichos productos eran tan bajos que los campesinos acabaron negándose a venderlos. Y es que, era tan poca la producción obtenida, que, dados los bajos precios, los campesinos preferían destinar dichos productos al autoconsumo y no a la venta en el mercado. El Decreto sobre la Tierra, no solamente había reducido la producción, sino también la oferta de productos agrícolas lo que acabó causando una gran crisis agrícola en todo el país. Ante tales condiciones, el gobierno acabó obligando a los campesinos a vender sus productos. Los que se resistieran serían considerados enemigoss del pueblo. El resultado final de todo esto fue, desgraciadamente, una gran cantidad de muertos que se vieron afectados por la represión del gobierno y la hambruna causada por la poca capacidad de producción en los cultivos.
El gobierno nunca debería intervenir en la economía, ya que, entonces se produce un auténtico remolino que acaba arrastrando y destruyendo todo lo que se encuentra. Y es que, a pesar de que muchos piensen que el estado siempre tiene en cuenta los intereses de los demás, esto no es así. Por alguna razón, el gobierno acabará actuando en su interés propio perjudicando a los demás. Por lo tanto, el sistema económico ideal es, sin duda alguna, el capitalismo y la economía libre de mercado, ya que evita cualquier intervención po parte del estado.
El Decreto sobre la Tierra abolia la propiedad privada a cambio de una propiedad colectiva. Ahora las tierras ya no eran propiedad de una sola persona, sino de todas a la vez. Todo es de todos. Ésto, a pesar de que benefició, en parte, a los campesinos, los cuáles, se convirtieron en pequeños propietarios de sus tierras, no hizo más que desatar un horrible periodo en el que cada vez había más pobreza entre la población. Los campesinos estaban obligados a conrear y a vender sus productos al precio que establecía el estado. Los precios de dichos productos eran tan bajos que los campesinos acabaron negándose a venderlos. Y es que, era tan poca la producción obtenida, que, dados los bajos precios, los campesinos preferían destinar dichos productos al autoconsumo y no a la venta en el mercado. El Decreto sobre la Tierra, no solamente había reducido la producción, sino también la oferta de productos agrícolas lo que acabó causando una gran crisis agrícola en todo el país. Ante tales condiciones, el gobierno acabó obligando a los campesinos a vender sus productos. Los que se resistieran serían considerados enemigoss del pueblo. El resultado final de todo esto fue, desgraciadamente, una gran cantidad de muertos que se vieron afectados por la represión del gobierno y la hambruna causada por la poca capacidad de producción en los cultivos.
El gobierno nunca debería intervenir en la economía, ya que, entonces se produce un auténtico remolino que acaba arrastrando y destruyendo todo lo que se encuentra. Y es que, a pesar de que muchos piensen que el estado siempre tiene en cuenta los intereses de los demás, esto no es así. Por alguna razón, el gobierno acabará actuando en su interés propio perjudicando a los demás. Por lo tanto, el sistema económico ideal es, sin duda alguna, el capitalismo y la economía libre de mercado, ya que evita cualquier intervención po parte del estado.
domingo, 15 de marzo de 2009
Situación de Gran Bretaña (1860-1913)
Hasta 1914, a pesar de la pérdida progresiva de vigor de su economía iniciada en 1870, Gran Bretaña constituyó, sin duda, la economía líder a nivel mundial.
Dicho país, cuya industria más importante fue la téxtil, se convirtió en el principal productor de materias tan importantes como el carbón, el hierro, o el algodón, así como también el principal productor de maquinaria. La abundancia del carbón y la disponibilidad de otras materias primas como el hierro y el algodón, juntamente con su superioridad técnica y el tamaño de su red ferroviaria fueron, sin duda, las principales causas del enorme crecimiento económico que sufrió Gran Bretaña durante este período. No obstante, también cabe destacar una serie de transformaciones, tanto a nivel interno como a nivel externo del país que facilitaron, en gran parte, dicho crecimiento.
En primer lugar, tuvo una gran importancia el paso de la industria téxtil hacia los productos y las industrias de base y de la energía del vapor en la producción como en el transporte. A nivel internacional, pero, se produjo un gran incremento de la división internacional del trabajo y de los intercambios comerciales. Sin embargo, el incremento de producción en otros países y las políticas proteccionistas limitaron la expansión del comercio británico. No obstante, Gran Bretaña seguía creciendo e innovando en los sectores tradicionales aunque invertía muy poco en los sectores más innovadores. No solo consolidó su presencia en el sector terciario , sino que, además, era el país líder en campos como el transporte marítimo, los seguros y las finanzas internacionales. A parte de esto, la buena situación de sus trabajadores y la existencia de nuevos sindicatos y de una nueva legislación permitieron una gran demanda de bienes de consumo así como también la ampliación y la inversión de otros sectores con menor coste de producción.
Es por todos estos motivos que Gran Bretaña es un país tan avanzado actualmente. No obstante, mediante este texto, podemos observar que no sólo la tecnología es importante para el desarrollo, sino que también lo es una mejora de la situación de los trabajadores y de sus salarios. Ya que, como mejor estén y mejores salarios tengan, mejor trabajarán. Como consecuencia, se producirá un aumento y una mejora de la producción, lo que permitirá obtener grandes beneficios.
Dicho país, cuya industria más importante fue la téxtil, se convirtió en el principal productor de materias tan importantes como el carbón, el hierro, o el algodón, así como también el principal productor de maquinaria. La abundancia del carbón y la disponibilidad de otras materias primas como el hierro y el algodón, juntamente con su superioridad técnica y el tamaño de su red ferroviaria fueron, sin duda, las principales causas del enorme crecimiento económico que sufrió Gran Bretaña durante este período. No obstante, también cabe destacar una serie de transformaciones, tanto a nivel interno como a nivel externo del país que facilitaron, en gran parte, dicho crecimiento.
En primer lugar, tuvo una gran importancia el paso de la industria téxtil hacia los productos y las industrias de base y de la energía del vapor en la producción como en el transporte. A nivel internacional, pero, se produjo un gran incremento de la división internacional del trabajo y de los intercambios comerciales. Sin embargo, el incremento de producción en otros países y las políticas proteccionistas limitaron la expansión del comercio británico. No obstante, Gran Bretaña seguía creciendo e innovando en los sectores tradicionales aunque invertía muy poco en los sectores más innovadores. No solo consolidó su presencia en el sector terciario , sino que, además, era el país líder en campos como el transporte marítimo, los seguros y las finanzas internacionales. A parte de esto, la buena situación de sus trabajadores y la existencia de nuevos sindicatos y de una nueva legislación permitieron una gran demanda de bienes de consumo así como también la ampliación y la inversión de otros sectores con menor coste de producción.
Es por todos estos motivos que Gran Bretaña es un país tan avanzado actualmente. No obstante, mediante este texto, podemos observar que no sólo la tecnología es importante para el desarrollo, sino que también lo es una mejora de la situación de los trabajadores y de sus salarios. Ya que, como mejor estén y mejores salarios tengan, mejor trabajarán. Como consecuencia, se producirá un aumento y una mejora de la producción, lo que permitirá obtener grandes beneficios.
domingo, 1 de marzo de 2009
La Segunda Revolución Tecnológica
La Segunda Revolución Tecnólogica es el nombre con el que se da a conocer el período con mayor tasa de crecimiento y desarrollo mundial de todos los tiempos. Es, sin duda, el principio de una nueva era, que nace a partir de una grave crisis provocada por las nuevas innovaciones, que empieza a partir de 1873 y que finalizará en 1973, a raíz de la crisis del petróleo.
Las innovaciones son, serán y siempre han sido importantes a lo largo de la historia del hombre. A ellas, debemos nuestro desarrollo y nuestra evolución. Éstas, son, sin duda, el principal motor que nos mueve y que nos conduce hacia un mundo mejor. Y así podemos demostrarlo en este período.
Para empezar, el descubrimiento de nuevos materiales, así como también la creación de nuevas fuentes de energía y la elaboración de nuevos sistemas de organización y de control permitió abaratir y facilitar el proceso productivo, lo cúal, favoreció, en parte, al comercio internacional y al crecimiento de los diferentes estados. Sin embargo, esto también ocasionó una gran conflictividad entre países que se tradució en numerosas guerras, tales como la Primera Guerra Mundial. El acero y el aluminio son, sin duda, materiales muy importantes en este período, puesto que a ellos se debe, en parte, la evolución de la aeronáutica o la metalurgia. Por otra parte, también cabe resaltar a sectores tan importantes como la industria química orgánica o la industria farmacéutica y petroquímica, las cúales facilitaron la aparición de explosivos, pinturas, plásticos y nuevas fuentes de energía como el petróleo o la electricidad que fueron y aún son vitales en nuestras vidas. Finalmente, mencionar también, la aparición del montaje en cadena, introducido por Taylor, el cúal permite producir más y de forma más eficiente, pero a la vez, de forma menos costosa.
Sin duda, que sin todas estas series de innovaciones ahora no estaríamos aquí, he aquí su importancia. Todos debemos tener siempre presentes que la tecnología y el avance de la ciencia van ligados al desarrollo. Son la llave de la puerta que nos conducirá al futuro y, por lo tanto, no podemos perderla.
Las innovaciones son, serán y siempre han sido importantes a lo largo de la historia del hombre. A ellas, debemos nuestro desarrollo y nuestra evolución. Éstas, son, sin duda, el principal motor que nos mueve y que nos conduce hacia un mundo mejor. Y así podemos demostrarlo en este período.
Para empezar, el descubrimiento de nuevos materiales, así como también la creación de nuevas fuentes de energía y la elaboración de nuevos sistemas de organización y de control permitió abaratir y facilitar el proceso productivo, lo cúal, favoreció, en parte, al comercio internacional y al crecimiento de los diferentes estados. Sin embargo, esto también ocasionó una gran conflictividad entre países que se tradució en numerosas guerras, tales como la Primera Guerra Mundial. El acero y el aluminio son, sin duda, materiales muy importantes en este período, puesto que a ellos se debe, en parte, la evolución de la aeronáutica o la metalurgia. Por otra parte, también cabe resaltar a sectores tan importantes como la industria química orgánica o la industria farmacéutica y petroquímica, las cúales facilitaron la aparición de explosivos, pinturas, plásticos y nuevas fuentes de energía como el petróleo o la electricidad que fueron y aún son vitales en nuestras vidas. Finalmente, mencionar también, la aparición del montaje en cadena, introducido por Taylor, el cúal permite producir más y de forma más eficiente, pero a la vez, de forma menos costosa.
Sin duda, que sin todas estas series de innovaciones ahora no estaríamos aquí, he aquí su importancia. Todos debemos tener siempre presentes que la tecnología y el avance de la ciencia van ligados al desarrollo. Son la llave de la puerta que nos conducirá al futuro y, por lo tanto, no podemos perderla.
martes, 17 de febrero de 2009
El techo malthusiano
El techo malthusiano es el nombre con el que Thomas R. Malthus bautiza al límite de cantidad de alimentos de los que una civilización o población puede disponer. El techo malthusiano constituye aquel punto de inflexión a partir del cuál se produce una crisis o recesión demográfica fruto de la aparición de una serie de frenos que provocan una reducción de la natalidad. Dichos frenos producen efectos diferentes, ya sean frenos compulsivos o frenos preventivos. Es por esta razón que es de gran importancia saberlos diferenciar.
Así, los frenos preventivos son todos aquellos factores que detienen el crecimiento de la población mediante la disminución del índice de natalidad. Son ejemplo de frenos preventivos el retraso en la edad de matrimonio y el aumento de la soltería definitiva. Mientras que los frenos compulsivos son todos aquellos factores que detienen el crecimiento de la población mediante el incremento de la mortalidad ( guerras, enfermedades..).A diferencia de los frenos preventivos, los frenos compulsivos actuan de forma automática. Los frenos compulsivos predominan, sobretodo, en aquellas sociedades en las que la norma es el matrimonio universal y joven o la poligamia. Por el contrario, los frenos preventivos predominan en sociedades en las que no se acepta la poligamia ni el matrimonio joven.
Según la primera idea de Malthus, el factor limitador del crecimiento de la población es la falta de tierra suficiente. Es decir, el aumento del número de hombres hace que se disponga de menos tierra per cápita. Es por esta razón que se acaba produciendo una crisis. Malthus creía que la agricultura no podía ser más productiva. Sin embargo, actualmente vemos como, gracias a las nuevas tecnologías y a las numerosas innovaciones que se han llevado a cabo a lo largo del tiempo, hemos conseguido, no solo romper el techo malthusiano, sino también mejorar nuestro bienestar y nuestra calidad de vida.
Así, los frenos preventivos son todos aquellos factores que detienen el crecimiento de la población mediante la disminución del índice de natalidad. Son ejemplo de frenos preventivos el retraso en la edad de matrimonio y el aumento de la soltería definitiva. Mientras que los frenos compulsivos son todos aquellos factores que detienen el crecimiento de la población mediante el incremento de la mortalidad ( guerras, enfermedades..).A diferencia de los frenos preventivos, los frenos compulsivos actuan de forma automática. Los frenos compulsivos predominan, sobretodo, en aquellas sociedades en las que la norma es el matrimonio universal y joven o la poligamia. Por el contrario, los frenos preventivos predominan en sociedades en las que no se acepta la poligamia ni el matrimonio joven.
Según la primera idea de Malthus, el factor limitador del crecimiento de la población es la falta de tierra suficiente. Es decir, el aumento del número de hombres hace que se disponga de menos tierra per cápita. Es por esta razón que se acaba produciendo una crisis. Malthus creía que la agricultura no podía ser más productiva. Sin embargo, actualmente vemos como, gracias a las nuevas tecnologías y a las numerosas innovaciones que se han llevado a cabo a lo largo del tiempo, hemos conseguido, no solo romper el techo malthusiano, sino también mejorar nuestro bienestar y nuestra calidad de vida.
miércoles, 4 de febrero de 2009
Las desigualdades
Como hemos visto anteriormente, las desigualdades son, sin duda, fenómenos que, a pesar del crecimiento y el desarrollo de un país, siempre se encuentran presentes en nuestra sociedad. Son síntomas que nos manifiestan el estado de salud de un país y que, sin embargo, no disponen de una cura lo suficientemente efectiva para eliminarlos. No obstante, si que existen distintas formas o métodos concretos que nos permiten calmar o reducir dichos síntomas de forma más efectiva. Llevar a cabo una política redistributiva por parte del estado y de las distintas instituciones que controlan los flujos económicos y de la información, es claramente un ejemplo de cómo se debe tratar las desigualdades sociales para así reducirlas. Sin embargo, antes que nada, resulta muy importante tener en cuenta los distintos tipos de desigualdades con los que nos podemos encontrar: internacional, interna y global.
Las desigualdades internacionales son aquellas que se manifiestan entre distintos paises teniendo en cuenta principalmente la demografía y que, además, nos indican el PIB per cápita.
Las desigualdades internas, en cambio, son aquellas que nos permiten medir las diferencias económicas existentes entre cada una de las distintas clases sociales en un pais determinado. Indican el IDH (Índice de Desarrollo Humano) de cada país. Éstas son mesurables mediante el índice de Gini.
Por último, las desigualdades globales son aquellas que incluyen tanto las desigualdades internacionales como las internas. Por lo tanto, no solo indican el IDH, sinó que también nos muestran el PIB per cápita. Tal y como se puede suponer, este tipo de desigualdad mide las desigualdades a nivel global.
Cada una de las desigualdades descritas anteriormente se comporta de forma distinta a lo largo del tiempo. Es por esta razón, que resulta esencial tenerlas en cuenta, puesto que entonces sabremos que hacer y como deberemos actuar ante cualquier situación que nos encontremos.
Actualmente, podemos ver como los sueldos de los grandes directivos son reducidos o como las mujeres cada vez más, ven sus sueldos igualados al de los hombres trabajadores. Éstos son, sin duda, claros ejemplos de soluciones que nos permiten reducir las desigualdades existentes en nuestra sociedad y que, en efecto, mejoran nuestra calidad de vida.
Las desigualdades internacionales son aquellas que se manifiestan entre distintos paises teniendo en cuenta principalmente la demografía y que, además, nos indican el PIB per cápita.
Las desigualdades internas, en cambio, son aquellas que nos permiten medir las diferencias económicas existentes entre cada una de las distintas clases sociales en un pais determinado. Indican el IDH (Índice de Desarrollo Humano) de cada país. Éstas son mesurables mediante el índice de Gini.
Por último, las desigualdades globales son aquellas que incluyen tanto las desigualdades internacionales como las internas. Por lo tanto, no solo indican el IDH, sinó que también nos muestran el PIB per cápita. Tal y como se puede suponer, este tipo de desigualdad mide las desigualdades a nivel global.
Cada una de las desigualdades descritas anteriormente se comporta de forma distinta a lo largo del tiempo. Es por esta razón, que resulta esencial tenerlas en cuenta, puesto que entonces sabremos que hacer y como deberemos actuar ante cualquier situación que nos encontremos.
Actualmente, podemos ver como los sueldos de los grandes directivos son reducidos o como las mujeres cada vez más, ven sus sueldos igualados al de los hombres trabajadores. Éstos son, sin duda, claros ejemplos de soluciones que nos permiten reducir las desigualdades existentes en nuestra sociedad y que, en efecto, mejoran nuestra calidad de vida.
martes, 3 de febrero de 2009
Historia Económica Mundial
Factores tan importantes como la distribución de la población de un pais, así como también su capacidad de desarrollo y su crecimiento nos permiten ver y entender como se distribuye la riqueza por todo el mundo. Si nos paramos a pensar, nos daremos cuenta de que, a pesar de que vivamos en mejores condiciones y de que la esperanza de vida haya aumentado en todo el mundo, cada vez hay más pobreza y más desigualdades tanto en paises en vía de desarrollo como en paises ya desarrollados. Así que, llegados a este punto nos deberíamos preguntar: ¿que factores intervienen en la distribución mundial de la riqueza?
La riqueza, tal y como podemos ver, se distribuye de forma uniforme por todo el mundo. Sin embargo, a pesar de que la riqueza se encuentra mayoritariamente en el hemisferio norte ( Estados Unidos, Europa, Canadá..) y de que la pobreza se encuentra, en mayor parte, en el hemisferio sud (África..), debemos tener en cuenta que la riqueza no solamente depende del factor geográfico, sino que, como veremos a continuación, depende también de muchos más factores. Así pues, la distribución de la riqueza depende, no solamente del factor geográfico, sino también de los recursos de la naturaleza, de las instituciones que permiten el flujo de información y recursos, del capital humano y de la tecnología.
Por lo tanto, el hecho de disponer de muchos recursos naturales no es sinónimo de riqueza. Y es que, mientras que África, que es un continente con muchos recursos naturales, es pobre, Europa, con poca disponibilidad de recursos, reúne una gran riqueza.
Llegados a este punto, entenderemos el porqué de la importancia de la tecnología para el desarrollo de un país. La tecnología es, sin duda, el motor de un país. Es lo que pone en movimiento y desarrolla al país. Con tecnología, el pais se desarrolla. Sin tecnología el pais se va quedando atrás. Por lo tanto, el hecho de que haya una buena tecnología facilita el desarrollo y el crecimiento de un país. El crecimiento y el desarrollo producen a la vez, una mejora en la calidad de vida de las personas que facilita que más personas vengan a vivir a dicho país con el resultado final de un incremento de la natalidad. En consecuencia, todos salimos beneficiados.
La riqueza, tal y como podemos ver, se distribuye de forma uniforme por todo el mundo. Sin embargo, a pesar de que la riqueza se encuentra mayoritariamente en el hemisferio norte ( Estados Unidos, Europa, Canadá..) y de que la pobreza se encuentra, en mayor parte, en el hemisferio sud (África..), debemos tener en cuenta que la riqueza no solamente depende del factor geográfico, sino que, como veremos a continuación, depende también de muchos más factores. Así pues, la distribución de la riqueza depende, no solamente del factor geográfico, sino también de los recursos de la naturaleza, de las instituciones que permiten el flujo de información y recursos, del capital humano y de la tecnología.
Por lo tanto, el hecho de disponer de muchos recursos naturales no es sinónimo de riqueza. Y es que, mientras que África, que es un continente con muchos recursos naturales, es pobre, Europa, con poca disponibilidad de recursos, reúne una gran riqueza.
Llegados a este punto, entenderemos el porqué de la importancia de la tecnología para el desarrollo de un país. La tecnología es, sin duda, el motor de un país. Es lo que pone en movimiento y desarrolla al país. Con tecnología, el pais se desarrolla. Sin tecnología el pais se va quedando atrás. Por lo tanto, el hecho de que haya una buena tecnología facilita el desarrollo y el crecimiento de un país. El crecimiento y el desarrollo producen a la vez, una mejora en la calidad de vida de las personas que facilita que más personas vengan a vivir a dicho país con el resultado final de un incremento de la natalidad. En consecuencia, todos salimos beneficiados.
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