martes, 28 de abril de 2009

La hiperinflación alemana

La hiperinflación alemana fue, sin duda, la más elevada y la que más consecuencias tuvo a nivel internacional. Éste extraño fenómeno cuya brutalidad acabó afectando a los países más poderosos del s.XX, ha dado lugar a numerosos debates y conflictos entre distintas escuelas que pretendían encontrar alguna explicación o teoría que permitiese determinar las causas de este terrible suceso. Así, en este debate se enfrentan dos escuelas que atribuyen como causa última el déficit presupuestario y el déficit de la balanza de pagos.

Según la escuela de la balanza de pagos, la hiperinflación se originó en el descenso de la cotización del marco en el mercado exterior de cambios, mientras que la escuela del déficit presupuestario defiende que la causa principal de este fenómeno se encuentra en la falta de voluntad y de consenso a la hora de equilibrar el presupuesto. El déficit presupuestario era cubierto mediante préstamos del banco central al gobierno en forma de emisión de billetes, lo que provocaba inflación interior y un descenso de la tasa de cambio del marco en el exterior. Sin embargo, las reparaciones de guerra juntamente con la fuga de capitales no consiguieron más que empeorar aún más la situación. Además, la depreciación de la moneda encarecía las importaciones e incrementaba los precios interiores. Se ponía, pues, de manifiesto que Alemania no podría hacer frenta al pago de las reparaciones. A ello hay que añadir la falta de entendimiento entre los distintos partidos políticos. No obstante, aunque la inflación fue, en un principio, beneficiosa, ya que no solo había permitido aumentar las exportaciones, sino también el empleo y la producción. Con lo cuál, todo ello permitió una rápida transformación de grandes fortunas. Sin embargo, a mediados de 1922, la inflación empezó a dispararse, lo que causó un descenso de la producción y un aumento de los stocks. Aunque Alemania tenía aún grandes deudas y, a pesar de que, la inflación empezaba a alcanzar límites insospechados, no fue sino la limitación de la emisión de rentenmarks, la que permitó estabilizar la situación. El despido del 25 % de los trabajadores que dependían del estado y la reducción de un 30% del salario del resto permitieron presentar en enero de 1924 unas cuentas con superávit. Y no solo eso, puesto que Alemania consiguió ser , incluso, uno de los primeros países que volvió al patrón oro.


Toda decisión tiene una consecuencia. Depreciar la moneda resulta beneficioso para un país, ya que provoca incrementos en las exportaciones. Sin embargo, también provoca inflación, lo cúal no es tan positivo para la economía de este país. Por el contrario, la apreciación de una moneda nos permite comprar más con menos dinero. Sin embargo, bajan las exportaciones, lo cúal provoca una disminución del PIB y de la capacidad de crecimiento de dicho país. Por lo tanto, como economistas que seremos, debemos de tener en cuenta cada una de las consecuencias de cada una de las decisiones que tomemos. Por que prevenir es mejor que curar.

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